El informe del Parlamento Europeo (A5-0175/2002) sobre las relaciones entre la Unión Europea y la Unión del Magreb Árabe y la puesta en marcha de una cooperación privilegiada, subraya la importancia del diálogo intercultural no solo entre Estados, sino también entre las diferentes comunidades culturales existentes en los estados miembros de la UE y en los países del Magreb; considerando el desarrollo de un turismo sostenible que respete y preserve la diversidad ecológica y proteja el patrimonio cultural y que pueda desempeñar un papel importante para lograr este objetivo, reactivando la cooperación entre los países del Mediterráneo occidental y recomendando que las instancias comunitarias concentren las iniciativas de colaboración entre Marruecos y la Unión Europea.
La cultura musical del Magreb es una amalgama de influencias árabes, africanas y europeas, que se ha desarrollado a lo largo de siglos de intercambio cultural y comercial en la región del norte de África y su música es variada y rica en géneros, instrumentos y ritmos. Entre los géneros más populares se encuentran la música andalusí, la música chaabi, la música rai, la música gnawa, la música bereber y la música saharaui. La música andalusí tiene sus raíces en el período de la presencia musulmana en España, y es un género que se caracteriza por la utilización de instrumentos como el violín, el oud o el qanun, siendo una expresión de la identidad y la diversidad cultural de la región, y un medio para transmitir las tradiciones y los valores de sus comunidades a lo largo de los siglos.
Las relaciones culturales entre España y el Mediterráneo se ven identificadas en estas músicas en países como Argelia, Túnez o Marruecos y combinan multitud de elementos que comparten tradición e historia con los orígenes de la música medieval occidental.
La música andalusina tiene sus orígenes en los Omeyas españoles, quienes conservaron la tradición heredada de Damasco. En este período, las qainas eran esclavas que interpretan composiciones con alternancia de dos tipos de versificación: los sinad (versos largos) y los hazajd (versos cortos), acompañándose con instrumentos (cítara, flautas, panderos y grallas).
La llegada de Ziryab en el año 822 revolucionó el panorama de la música árabe andalusí. Había huido de Damasco debido a la envidia que le tenía su maestro, Ishaq Al-Mawssili, por la fama que nuestro músico había adquirido en Siria. Ziryab se refugió en Córdoba. Introdujo elementos musicales orientalizantes persas en la corte Omeya hispano-árabe, los cuales ya habían sido incorporados en la tradición musical árabe de Medina y Damasco, a la cual pertenecía Ziryab. La renovación musical de Ziryab en Córdoba es el punto de partida de la música andalusí.
Desde el punto de vista teórico y estético, y considerados de manera general en los territorios islámicos, los tratadistas musulmanes heredan la tradición griega. Los más importantes son: el uzbeko Abu Nassyr Al-Farabi (siglo X), Safiuddin Al-Urmaui (siglo XIII), el tratadista hispano-árabe Ibn Sina (Avicena, siglo XI), quien sigue a Al-Farabi en su obra Al-Sifa. Su música se condensa en tres formas musicales: la Nawba, la moaxaja y zejel. En la época andalusí, se crearon las circunstancias favorables para absorber los diferentes componentes culturales de los pueblos del Mediterráneo medieval. Musicalmente, este fenómeno cristalizará con una música que supo absorber y sintetizar la antigua música ibérica, la música nórdica, la música bizantina y la música árabe oriental.

En este entorno y desde la Fundación Cultural Capella de Ministrers se creó desde su génesis un proyecto de educación para el desarrollo, proceso educativo encaminado, a través de conocimientos, actitudes y valores, a promover una ciudadanía global generadora de una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible a través del conocimiento de competencias, valores y actitudes relacionadas con la solidaridad, la justicia social y los derechos humanos. Un proceso educativo en el que consideramos necesario que las acciones que se lleven a cabo desde educación para el desarrollo formen parte de proyectos planificados y orientados hacia públicos diferenciados, ya sea en centros educativos y universidades, espacios de ocio y tiempo libre, medios de comunicación sensibilización, educación/formación, investigación y participación social.
Nace así, dentro de las estrategias de la Fundación Cultural CdM el proyecto de Nereo XXI (Nereo era un antiquísimo dios del mar, hijo de los dioses Ponto y Gea. Es reconocido en la teogonía de Hesíodo como emblema del mar tranquilo y próspero y llamado por Homero guardián del mar) con el objetivo fundamental del fomento, conocimiento mutuo y el acercamiento entre España y el resto de los países de la cuenca mediterránea desde las músicas cultas y tradicionales de cada región. La propuesta fomenta la realización de actuaciones que contribuyen al mejor conocimiento entre las sociedades de los países de las riberas de la región Euromediterránea y potencian la acción exterior de España en estas, además de contribuir a mejorar la imagen de España en estos países. Asimismo, impulsa el desarrollo de las relaciones de España con los países de la región con los que nos unen lazos históricos, en los ámbitos institucional y cultural y estrecha los vínculos de amistad. Con Nereo XXI se promueve el desarrollo de un programa específico de valores de cooperación, solidaridad y no discriminación entre las nuevas generaciones y de la igualdad legal y real entre hombres y mujeres, desde la música como eje vertebrador desde la diversidad y riqueza de cada cultura musical de la cuenca mediterránea. La propuesta pretende llegar a los 23 países de la cuenca del Mediterráneo (Albania, Argelia, Bosnia, Croacia, Chipre, Egipto, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Irán, Israel, Italia, Jordania, Líbano, Libia, Malta, Marruecos, Portugal, Siria, Túnez, Turquía y la ex-Yugoslavia), con especial incidencia sectorial en los países del Magreb.

La dimensión académica de Capella de Ministrers, con la dirección artística de Carles Magraner, se condensa en la realización de Early Music Morella, donde se conjuga, desde su primera edición en 2012, la tradición y la música culta, la práctica y la teoría musical con el patrimonio cultural y el turismo de calidad. Early Music Morella es un Curso y Festival Internacional de Música Medieval y Renacentista especializado en el patrimonio musical de los siglos X al XVI que nació de la falta de estudios y la necesidad de difusión de este singular repertorio, de la prioridad por ofrecer actividades turísticas de excelencia cultural destinadas a todo público, y que tienen sentido junto con la riqueza de nuestro patrimonio histórico-artístico. En este entorno y desde hace cinco años se viene implementando el proyecto Nereo XXI, cuyos objetivos principales son, desde lo expuesto anteriormente, la integración de jóvenes músicos de países del Mediterráneo, especialmente del Magreb, orientada a la educación, formación e investigación de las músicas andalusíes y medievales, especialmente aquellas que formaron parte de un pasado conjunto. Todo esto con criterios de integración norte/sur y de colaboración. Para ello se desarrollan acciones de residencia artística en España con alumnos de estos países con el objetivo de crear una unidad artística que muestre el resultado de la cooperación en diversos escenarios internacionales, pasando de ser una experiencia individual de reconocimiento de los valores humanos, desde la igualdad y los derechos internacionales, a una propuesta colectiva de desarrollo y difusión mediante la cultura.