La Ruta de la Seda es uno de los logros más significativos de la historia de las civilizaciones. Por la gran Ruta de la Seda no sólo circulaban las caravanas comerciales, también las culturas de los pueblos, los valores espirituales, las ideas religiosas. La seda ha sido una de las vías en torno a la que ha girado la relación entre los pueblos de Oriente y Occidente, ya través de la seda se ha producido una comunicación tecnológica, económica, artística y cultural entre áreas geográficas muy alejadas, convirtiendo un camino de transmisión de saberes, de intercambio de culturas y de costumbres. Nos ha construido también a nosotros, haciéndonos más conscientes de nuestro pasado pluricultural, del que también el Islam formó parte con aportaciones fundamentales, entre las que cabe destacar la introducción de la industria de la seda en el continente europeo.
Recrear este viaje musical por la Ruta de la Seda es una tarea apasionante que solo se puede realizar desde la humildad que promueve tanta grandeza y diversidad musical. Más de 7.000 kilómetros de culturas, músicas y tradiciones, desde la capital china de Xi’an, en su extremo oriental, hasta el Mediterráneo y Valencia, ciudad de la Lonja de la Seda. El viaje de la diversidad cultural, que se convierte en historia de la tradición musical de la humanidad, comienza en el país de la seda, Serinda, hasta el Lejano Oriente, Constantinopla, capital del Imperio Bizantino. Desde la ciudad China a orillas del desierto de Taklamkan, nos adentramos por el Karakòrum en la cultura India para después abrir las puertas al Imperio Persa, en Oriente Medio, entre la frontera de la India y Constantinopla hasta Italia , tomando el camino de regreso de Occidente a Oriente con el viaje de Marco Polo por las grandes ciudades de la seda en el siglo XIII. Luego el Norte de África. El último eslabón de este recorrido lo encontramos en la parte más occidental de la Ruta de la Seda, la ciudad de Valencia y su Arte de Velluters que arrastrando la tradición oriental hacia el Mediterráneo recoge las influencias de la diversidad de la música del Madre Nostrum.
La complejidad de las influencias mutuas entre estas civitlizaciones se convierte en su propia riqueza, un valor que nos proporciona a nuestra época un singular marco para promover el diálogo entre Oriente y Occidente y la aceptación de las identidades plurales, idea fundamental para a facilitar la comunicación y el intercambio de experiencias entre los pueblos. Es éste un viaje musical a través de los territorios de la Ruta de la Seda, más allá de las fronteras. Una experiencia única para compartir esa herencia común, rescatando el pasado para ser llevado al presente, desde la música como lenguaje universal a todos nosotros.