Recientemente, la Red Europea de Música Antigua (REMA), ha dirigido una carta a las instituciones de la UE instando a la Comisión Europea a impulsar medidas de apoyo al sector de los espectáculos en vivo ya que, en palabras de la propia organización, «Es ingenuo pensar que en unos cuantos meses los conciertos y espectáculos en directo continuarán donde lo habían dejado. Nuestro trabajo no se puede interrumpir sin más. Va a sufrir los efectos de la crisis durante mucho tiempo.»
La carta expresa la gran preocupación de esta organización, muy especialmente por aquellos países cuyo gobierno central está demostrando una vaga disposición a la hora de apoyar al sector en su plan nacional de emergencia ante la crisis: «No podemos arriesgarnos a que algunos países desaparezcan del mapa cultural de Europa como consecuencia de una crisis a la que no van a poder sobrevivir».
La Fundació Cultural CdM, como parte de la junta directiva de la Red Europea de Música Antigua, se adscribe a lo expresado en el comunicado que compartimos a continuación:
La pandemia global del coronavirus ha azotado gravemente a Europa desde sus cimientos. Está poniendo patas arriba el día a día de las personas y la manera en la que viven, consumen, comercian y viajan. Cuestiona profundamente nuestras sociedades.
El sector cultural, y en particular el de espectáculos en vivo, se ha visto gravemente golpeado por la crisis. Las medidas de confinamiento tomadas por los gobiernos nacionales han forzado la suspensión, en pocas semanas, del que supone su objetivo principal: reunir a grupos de personas para compartir el trabajo de los artistas en un mismo espacio y tiempo.
Europa es nuestro campo de trabajo real. Los artistas siempre se han movido por el territorio, Europa ha sido moldeada por los intercambios entre creadores. Hoy el trabajo de los artistas; el desarrollo de nuestros ensembles; orquestas; compañías; las producciones y el público de nuestros festivales; salas de conciertos y teatros; nuestras óperas; tienen lugar en una dimensión europea.
Las dificultades que estamos experimentando debido a la pandemia no son únicamente una preocupación nacional, sino también europea.
Varios países europeos están adoptando medidas de emergencia para garantizar el trabajo y la subsistencia de artistas y organizaciones culturales a nivel nacional. Y estamos agradecidos por ello. Sin embargo, si comparamos las diferentes medidas en el plano europeo, la respuesta es muy desigual de un país a otro. No podemos arriesgarnos a que algunos países miembros desaparezcan del mapa cultural de Europa como consecuencia de la crisis. Además, los artistas extranjeros que iban a actuar en otro país no van a contar con las mismas medidas de emergencia que los artistas locales.
Atendiendo a diversas apelaciones, como las de
Culture Action Europe,
Live Europe y una
Petición Abierta, la Comisión Europea ya ha anunciado ciertas medidas hacia el sector cultural, incluyendo la flexibilidad en la gestión de sus programas culturales, lo cual se agradece. Pero no es su ficiente. Ha llegado el momento de demostrar una solidaridad europea de verdad. En palabras de la Comisionada Mariya Gabriel[i]: ‘A menudo, es en periodos de agitación cuando más recurrimos a la cultura. Ahora es el momento de devolver el favor a este sector, el tesoro de Europa.’
La Unión Europea debe situar la cultura en el corazón de este proyecto, ya que su alma se expresa precisamente desde la creación artística y la diversidad cultural. La pandemia del coronavirus está forzando a nuestros responsables políticos a reconsiderar estructuralmente nuestros modelos. Como construcción económica y política, la Unión Europea tiene la posibilidad y la obligación de convertirse ahora en una construcción cultural y humanista, y contar con los medios necesarios para hacerlo.
Es iluso pensar que en unos meses los conciertos y espectáculos en vivo, los museos y los sitios patrimoniales continuarán donde lo habían dejado. Nuestro trabajo no se puede interrumpir sin más. Va a sufrir los efectos de la crisis durante mu cho tiempo.
Es por ello que solicitamos a los países europeos que tengan en consideración la cultura, los espectáculos en vivo y a los artistas en sus fondos de emergencia.
También instamos solemnemente a todos los países miembros a alertar a la Unión Europea de esta urgencia, a dedicar una parte considerable de su plan de respuesta a la emergencia del coronavirus al sector cultural, y en particular al sector de los espectáculos en vivo, y a invertir de forma masiva, urgente y profunda en una Europa cultu ral.